AMNISTÍA
Cada noche
una piedra de Caín golpea una cabeza
y la humanidad agoniza en la hierba.
Cada mañana
sutura la brecha y cicatriza la herida.
Cada noche
un corazón se retuerce como un pez en la
arena
y se extingue en postrero suspiro el último
latido.
Cada mañana
convulsiona eléctrico, absorbe el oxígeno
y bombea la sangre cíclica.
Muerte y renacimiento,
un recurso humano de permanencia,
vida recién nacida al amanecer
que intima en las horas con la hoz
y la voz de la vejez.
La noche desmiembra
el binomio que nos conforma,
amortaja el cuerpo,
templa los sentidos,
en un pacto quedo con la oscuridad
y una mente despierta aislada
de normas y éticas,
enjuicia la luz
y la dinámica de nuestra contienda.
En la mañana reposa una liberación,
un nuevo hablar de paz,
y otra vez una mentira,
un complaciente autoengaño
mientras vestimos el uniforme
y ocupamos las filas hacia el combate
con galones y medallas
que no significan nada,
solo haber alcanzado una edad
sin morir en el intento.
No me pidas un poema de amor.
No me quedan palabras
en esta guerra solitaria
de sentimientos
muertos.
MARÍA RAMOS GALLARDO. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". EDITORIAL LINEAS DIFUSAS. 2016 ©