LA INCERTIDUMBRE CONOCIDA
Siempre quise tener
mi propio lago en el jardín
con una nutria
jugando en sus aguas,
pero el invierno
vino seco
y apenas verdea el
césped.
Ni charco que moje
los pies,
ni metros cuadrados
para un paseo.
Me pregunto qué queda de mi.
Me digo que el horizonte,
salpicado de estrellas en las noches
y de serpientes lumínicas
que son los pueblos de los montes.
Me digo un quizás,
un a lo mejor,
un no desesperes,
un todo va a cambiar,
un ahora no lo ves
y llegará.
He conseguido
aprender a mentirme,
a traición,
para que el mañana
no sea el asesino de sombrero con solapa,
gabardina y una metralleta escondida
a punto de ser disparada.
Primero respiro,
después pienso en nutrias.
MARÍA RAMOS GALLARDO. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". EDITORIAL LINEAS DIFUSAS. 2016 ©