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martes, 27 de marzo de 2018

EL GRITO


EL GRITO


No es abrir una pequeña caja de madera
con un recuerdo querido dentro.
No es recrear una caricia,
ni rememorar hojas al viento.
Ni el abrazo.
Ni el beso.

La única hoja que hay es un papel
que te desafía y te ciega,
y frente a él un grito sin forma,
solo fondo.
Hondo aullido interior del escritor,
puto grito del descalabro
cuando asoma en las lindes
de lo suprarreal
al otro lado del cerebro
y de lo supuesto sano.

Y luego ordénalo.
Dale una voz.
Con la cabeza abierta en dos,
una mitad babeando,
otra mutilando.
No sea que el lector no entienda,
o se ofenda,
o enloquezca.

Hay que tener ovarios para ser poeta.
Y unas metafóricas alas,
               que no te convierten en mariposa,
para sobrevolar los precipicios
de neuronas murales
y volver,
como si nada.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "UN ENTE EN EL DIVÁN". EDITORIAL EXLIBRIC. 2018  ©

lunes, 12 de marzo de 2018

UNA GRIETA EN EL SUELO


UNA GRIETA EN EL SUELO


Me prohibieron mirar a los ojos.
¡Intuición, caca, eso no!

Sentada en un banco del parque
pasan unas botas altas con tacones,
unas zapatillas rojas
(deben ser cómodas),
cuatro patas peludas.

Cae una colilla encendida.
Esa se queda.
En su proceso combustible y cadavérico
calienta a los insectos.

¿Tienen frío las hormigas?

¿Tiene ojos el frío?

No puedo mirar a los ojos.

Una paloma, dos, una tribu
persiguiendo gusanitos de queso
de una niña distraída
pasan del salto al vuelo.

Cilindros giratorios de una rueda
y otra rueda
al trote machadiano.
(Se hace camino al andar).

Un bastón, una punta de paraguas,
unas bolsas colgando,
un trozo de papel…
                                      
Pasan
delante de estos ojos
que no encuentran
la puerta del infierno
en una loseta rota.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". 2016. EDITORIAL LÍNEAS DIFUSAS. ©