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martes, 25 de septiembre de 2018

LA INCERTIDUMBRE CONOCIDA


LA INCERTIDUMBRE CONOCIDA


Siempre quise tener mi propio lago en el jardín
con una nutria jugando en sus aguas,
pero el invierno vino seco
y apenas verdea el césped.
Ni charco que moje los pies,
ni metros cuadrados para un paseo.

Me pregunto qué queda de mi.
Me digo que el horizonte,
salpicado de estrellas en las noches
y de serpientes lumínicas
que son los pueblos de los montes.
Me digo un quizás,
un a lo mejor,
un no desesperes,
un todo va a cambiar,
un ahora no lo ves
y llegará.

He conseguido
aprender a mentirme,
a traición,
para que el mañana
no sea el asesino de sombrero con solapa,
gabardina y una metralleta escondida
a punto de ser disparada.

Primero respiro,
después pienso en nutrias.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". EDITORIAL LINEAS DIFUSAS. 2016 ©


sábado, 26 de mayo de 2018

GHOST

GHOST


Se van borrando los contornos, lo siento.

Levedad del cuerpo que, sin querer,
traspasa el muro hacia la cama.

Los zapatos de tacón
en mitad de la habitación.
Y en el espejo nada.

Un fantasma cruza la estancia,
se tumba en la cama hecha en la mañana,
sueña, reposa,
en lo invisible,
después de perder otra vez.

La seda de un sujetador duerme en el sillón.
Fue elegido con premeditación y alevosía,
a juego con el erotismo
muriente en la última neurona
apoyada en la almohada.
                                      
Reinventarse y salir,
sabiendo de una desvanecida vuelta
                                           a los huecos vacíos.

Y todo porque me apetece así.
Joder, no queda whisky…
Me desvanezco.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "UN ENTE EN EL DIVÁN". EDITORIAL EXLIBRIC. 2018 ©

martes, 8 de mayo de 2018

HUELLAS


HUELLAS


Viene y va la luz entre corrientes alternas
de aire arrebatado y dramático
filtrado en resquicios y oquedades
pero no alcanza más allá de la dermis,
donde ésta se torna paredón defensivo
con almenas armadas,
un castillo, un armazón que protege
un universo devastado,
una constelación de órganos marcados.

Un dibujo, cinco dedos
recubren un corazón que convulsiona
en la mano que aprieta y no suelta.

Huellas dactilares y adn extraño
estrangulando la aorta
desde el recuerdo
que se me antoja milenario
y que consume el oxígeno
ahí donde el pulmón
                         soporta la redondez de un pellizco
incisivo y continuo,
aunque duerma.
                                              
Aún me pregunto qué poder mayor que la luz
te filtró en mis huesos
y dejó una réplica interminable
de tu abominable desapego.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "UN ENTE EN EL DIVÁN". EDITORIAL EXLIBRIC. 2018 ©

martes, 27 de marzo de 2018

EL GRITO


EL GRITO


No es abrir una pequeña caja de madera
con un recuerdo querido dentro.
No es recrear una caricia,
ni rememorar hojas al viento.
Ni el abrazo.
Ni el beso.

La única hoja que hay es un papel
que te desafía y te ciega,
y frente a él un grito sin forma,
solo fondo.
Hondo aullido interior del escritor,
puto grito del descalabro
cuando asoma en las lindes
de lo suprarreal
al otro lado del cerebro
y de lo supuesto sano.

Y luego ordénalo.
Dale una voz.
Con la cabeza abierta en dos,
una mitad babeando,
otra mutilando.
No sea que el lector no entienda,
o se ofenda,
o enloquezca.

Hay que tener ovarios para ser poeta.
Y unas metafóricas alas,
               que no te convierten en mariposa,
para sobrevolar los precipicios
de neuronas murales
y volver,
como si nada.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "UN ENTE EN EL DIVÁN". EDITORIAL EXLIBRIC. 2018  ©

lunes, 12 de marzo de 2018

UNA GRIETA EN EL SUELO


UNA GRIETA EN EL SUELO


Me prohibieron mirar a los ojos.
¡Intuición, caca, eso no!

Sentada en un banco del parque
pasan unas botas altas con tacones,
unas zapatillas rojas
(deben ser cómodas),
cuatro patas peludas.

Cae una colilla encendida.
Esa se queda.
En su proceso combustible y cadavérico
calienta a los insectos.

¿Tienen frío las hormigas?

¿Tiene ojos el frío?

No puedo mirar a los ojos.

Una paloma, dos, una tribu
persiguiendo gusanitos de queso
de una niña distraída
pasan del salto al vuelo.

Cilindros giratorios de una rueda
y otra rueda
al trote machadiano.
(Se hace camino al andar).

Un bastón, una punta de paraguas,
unas bolsas colgando,
un trozo de papel…
                                      
Pasan
delante de estos ojos
que no encuentran
la puerta del infierno
en una loseta rota.

MARÍA RAMOS GALLARDO. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". 2016. EDITORIAL LÍNEAS DIFUSAS. ©