ANIMAL
Este tumbarse al
sol desnuda,
ofrecer las ojeras
a la caricia del viento
abandonar el
cuerpo,
sudar tristeza
y evaporar al calor
el lamento
significan que ya
no,
no valen
condicionales.
Hubiera…
Habría…
Hay,
salvo espejismos
ondulantes,
un lienzo de daño,
de animal
abandonado
que ni gime.
Calla y respira.
Se perdona a sí
mismo
y no entiende
por qué nació con
un corazón
tan fuerte
para perderlo cada
vez que sueña.
MARÍA RAMOS. "METALINGÜÍSTICA EN VENA". EDITORIAL LINEAS DIFUSAS. 2016 (C)
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