FIBONACCI
Ocho, trece, veintiún días.
Dos, tres, cinco meses.
Espera.
Y mis nervios componiendo una sinfonía de metal
con latidos a doble bombo disparados.
Espera.
La tarde, la noche.
Luz, sol, luna, sol.
Y las cuerdas vocales tejiendo un discurso mudo
con los deseos de expresión reprimidos.
No me borres, que desaparezco.
No me ignores, no me obvies,
que meto marcha atrás
y viro en sentido contrario.
Y subo la música.
Y me desquicio los tímpanos de ruido.
Y me reviento las vísceras.
Y me exploto la cabeza de sonidos
para no oír, ni ver, ni sentir que vuelves.
No pares mi reloj,
no alteres mi numeración natural que me evaporo
y no encontrarás ni mi espíritu.
MARÍA RAMOS. "DEL METAL AL CAOS (ALEACIÓN III) 2012
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