Hace un frío de muertos.
Hace una piel que de erizada
no encuentra la seda del tacto.
Hace un cadáver en el espejo
y hace un frío de cristal en el cuerpo.
Hace vacíos por la casa,
inmensos gritos ahogados
tras las puertas cerradas de los cuartos.
Hace un cementerio individual
decorado de aislamiento
al que el otoño despuebla de rosas
y pinta de ocre el viento.
Hace un corazón viejo.
Hace un cansancio de lejos
que vino a quedarse en mi asiento,
que lee mis libros
y duerme sobre ellos.
Hace un incontrolado frío de muertos.
Un noviembre que avanza
por un sendero al descubierto,
unas manos secas
y unos ojos sangrientos.
Hace una húmeda tumba
que escarban en las paredes mis dedos
desde…
iDios! No recuerdo el último “te quiero”.
MARÍA RAMOS. "DES-MITO, EGO TE ABSOLVO" 2015 (C) EDICIONES DEL ATARDECER
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